Un nudo en el estómago, sudor frío en las manos y el corazón latiendo a mil por hora. Son los claros síntomas de un nerviosismo extremo, de un miedo a la incertidumbre que se lleva cerniendo sobre mí como una niebla espesa. Llevo meses con esa misma sensación, esa angustia que me aprieta el cuello y me impide respirar.
Cierro los ojos y me concentro en mi respiración. Cojo aire por la nariz y lo suelto por la boca lentamente. Repito ese mismo ejercicio dos veces antes de volver la vista al monitor del salón de mi casa.
Slazar Rorz, el futuro de la política, la joya del mundo civilizado, arenga a sus seguidores en un discurso esperanzador. La joven promesa del mundo libre, tiene unos pocos años más que yo y ya tiene un brillante futuro por delante.
Llegó hasta donde está ahora, gracias a la fama que le dio el haber pasado por el campamento Pirámide, el haber pasado todas sus retorcidas pruebas y haberse convertido en un ciudadano ejemplar para el resto de nosotros.
—He hablado en el mercado con Sheila esta mañana — me informa mi madre sentada en el sofá a mi lado — dice que desde que su hijo Lucas volvió del campamento Pirámide el año pasado no han hecho más que lloverle ofertas de trabajo.
Cierro los labios convirtiéndolos en una delgada línea sobre mi rostro. Mi madre lleva semanas intentando convencerme de que estoy haciendo lo correcto, de que presentarme voluntaria para ir a este campamento de verano me abrirá muchas puertas y de que nos sacará a las dos de la pobreza en la que estamos sumidas ahora.
La pensión de viudedad de mi madre no da para muchos caprichos y los bajos estudios de mi madre, solo le hacen conseguir un pequeño sueldo que apenas nos da para vivir. El campamento Pirámide y sus promesas de un futuro mejor, podría ser nuestra mejor opción, sin embargo, poco se habla de aquellos desafortunados que no consiguen pasar sus sádicas pruebas.
El campamento Pirámide se originó en un primer momento con el objetivo de reformar a aquellos adolescentes rebeldes que no se adaptan a la sociedad actual. Sin embargo, sus óptimos resultados, le han hecho ganar fama y prestigio, convirtiéndose en una especie de “servicio militar obligatorio” que muchos optan por cursar, para ganar puntos para la universidad o para futuros trabajos.
El lado oscuro de este campamento, es que, al aceptar participar en él, estás firmando también la posibilidad de que tal vez no sobrevivas a él. Sus pruebas son tan extremas, que muchos adolescentes no lo superan, acabando con sus vidas ellos mismos o eso dicen.
Los porcentajes están ahí, más de la mitad fracasará. No tienen por qué morir, pueden abandonar el proyecto, aunque pocos lo hacen. El otro porcentaje conseguirá la Gloria, se graduará y formarán parte de ese selecto grupo de jóvenes promesas que esta sociedad tanto ansía.
—Esperemos que tenga tanta suerte como Lucas — contesto a mi madre al mismo tiempo que me levanto del sofá.
Me encierro en mi habitación, ya he tenido suficiente “Slazar Rorz” por hoy. Reviso mi maleta de nuevo, creo tener todo lo necesario para ir al campamento mañana. No quiero irme, pero tengo que hacerlo por mi madre, ella me necesita, necesita que yo pase estas pruebas y así poder sacarla del inferno de trabajo en el que está metida.
Vuelvo la vista a mi escritorio, sobre el teclado de mi ordenador está la carta de admisión del campamento. Dubitativa, cojo de nuevo el sobre verde esmeralda con bordes dorados y saco de él, el mensaje de admisión.
Leo de nuevo el mensaje una y otra vez. Me muerdo el labio y procuro mantener a raya los nervios.
Todavía recuerdo el día en que recibí esta carta y los acelerados latidos de mi corazón al leer el nombre de quién me había escrito la misma. Ordin Lockvan, el ilustre director del campamento Pirámide. Me parece increíble que alguien tan importante pierda el tiempo en revisar y escribir de su puño y letra a los admitidos a su selecto alumnado.
Muchas preguntas corren por mi mente, pero todas ellas serán resueltas en los próximos días. Ahora solo puedo disfrutar de las últimas horas que tengo con mi madre, ya que cabe la posibilidad de que sean las últimas.
Comments