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Foto del escritorSilvia Berdejo Gomez

Falsa Realidad

Nada es igual desde aquel día, mi realidad se desmorona y mis sueños se rompen. Todo empezó de la mejor manera posible, Cristina Mora había aceptado salir conmigo esa noche y yo estaba nervioso. Había conseguido que mi padre me dejara el coche para llevarla al cine y todo iba rodado.

Al salir del cine ninguno de los dos quería que la noche terminara, así que dimos un paseo y acabamos en el parque. Estábamos allí sentados, viendo las estrellas y hablando de tonterías, cuando de pronto pasó algo que jamás pensé que podría pasar. Algo imposible, algo insólito, pero sobretodo algo inquietante. Ese suceso fue la semilla de la duda que ahora me oprime el pecho.

Obsesionado con una idea, voy a la biblioteca a investigar. Hay muchas teorías, pero ninguna me satisface del todo, así que me dirijo a la bibliotecaria para preguntarla por una sección un poco más surrealista:

—Perdone, ¿Dónde está la sección de religión? — me atrevo a preguntar.

—Sí, la sección de religión está…

Todo mi mundo se para de repente. La mirada inexpresiva de la bibliotecaria me recuerda que todo ha vuelto a ocurrir, igual que cuando estaba bajo las estrellas con Cristina Mora. La bibliotecaria permanece quieta, al igual que todos los que se encuentran allí, como si se hubieran congelado repentinamente. Algunos tienen un libro en la mano con la intención de dejarlo en la estantería pero sin llegar hacer dicha acción. Otros, sentados en las sillas de lectura se han quedado a mitad de pasar una página de sus respectivos libros. Y otros se han quedado a mitad de una conversación que nunca terminarán.

Contemplo con horror mi entorno y asustado salgo de la biblioteca, con la esperanza de que fuera todo continúe con normalidad. Sin embargo, el exterior no cambia mucho, unos niños juegan con el agua de la fuente y desde mi posición puedo ver como las gotas del agua se han quedado suspendidas en el aire, una madre que pasea a su bebé por el parque, se ha tropezado con una piedra y está a punto de caerse, pero no termina de hacerlo y los coches que hay entre el parque y la biblioteca permanecen quietos, a pesar de que echan humo por sus tubos de escape.

Este paréntesis en la continuidad de la vida dura unos minutos más que cuando estaba con Cristina, son los minutos más largos de toda mi vida, pero al final todo vuelve a la normalidad. Los niños se mojan con el agua de la fuente y se ríen, la madre se cae al suelo y un hombre la ayuda a levantarla y los coches vuelven a circular.

Trastornado por lo que acabo de vivir, decido volver a casa y reunirme con mi padre.

—Hola papá — le saludo.

—Hola hijo — me contesta.

Mi padre está en el garaje, como siempre, limpiando su adorado coche bajo el sol del atardecer. Tiene una mirada distante bajo sus lentes, como siempre cuidar de su coche siempre le ha distraído.

—Tengo que contarte algo importante que me ha pasado en la biblioteca hoy — me precipito a decir.

—¿Qué tal tienes el ojo? — me interrumpe.

—El ojo está bien, papá — contesto algo molesto.

Mi padre siempre me pregunta por mi ojo de cristal, no quiere que se me infecte o se pierda. Desde que mi madre y yo sufrimos ese accidente de coche cuando yo era un bebé, mi padre no ha dejado de sobreprotegerme, aunque es lógico, dado que en ese accidente mi madre murió y yo perdí este ojo.

—¿Lo has lavado esta mañana?

—Se me olvidó, pero no te preocupes que lo limpiaré esta noche — contesto para calmar su mirada de desaprobación — ¡papá tengo que contarte algo importante! Esta tarde en la biblioteca todo se ha parado de repente, como si se hubieran quedado congelados o algo por el estilo, ¡ha sido rarísimo! Y ha tardado todo una barbaridad en volver a la normalidad.

—Vaya, que raro — contesta mi padre — ¿estás seguro de eso?

—¡Sí que lo está! — exclama una voz detrás de mí.

Una mujer mayor de facciones dulces y pelo oscuro atraviesa con la mirada a mi padre.

—¡Dile la verdad! — dije la mujer — ¡Dile la verdad a nuestro hijo!

—¿A nuestro hijo? — pregunto a mi padre desconcertado.

Mi padre en cambio tiene una mirada completamente distinta a la que me esperaba ver, es casi asesina.

—Dile yo no morí en el accidente — prosigue la mujer

—Después de lo que hiciste, después de como dejaste el rostro de nuestro hijo, ¿qué esperabas que hiciera? — contesta mi padre.

—¿Papá? — pregunto atónito ante su contestación.

—Está bien, se lo diré — le dije a la mujer — te he mentido — me dice —tu madre no murió en aquel accidente, esta mujer que ves aquí es tu madre, te separé de ella porque no era buena para ti, no después de lo de tu ojo.

—¿Cómo pudiste hacerlo? — pregunto horrorizado.

—Pues eso no es lo peor — interrumpe mi madre — cuéntale lo que pasó después…

—Tal vez deberíamos hablar estos temas más tarde, estarás cansada y...

—Tu padre es ingeniero dimensional — prosigue ignorando a mi padre — cuando sufrimos el accidente, tu padre te separó de mí, de todos, del mundo.

—¡No digas una sola palabra más! — exclama mi padre.

—Él creó este sitio y te metió en él, pero este no es un mundo real, por eso ves en el fallos en el sistema, he tenido que usar un montón de energía para parar los sistemas momentáneamente y poco a poco dejarte ver que el lugar en el que vives no es real. Me ha costado muchísimo meterme en tu mundo, pero al fin estamos juntos y quiero que ahora vengas conmigo, quiero llevarte afuera, al exterior, a la verdadera realidad.

—¿Es eso cierto, papá? — pregunto desconcertado.

—El mundo exterior no es seguro, ya ves lo que te pasó a ti y a tu madre, es mejor quedarse aquí, vivir protegidos de un mundo que no nos necesita.

Mi madre extiende su mano y yo tras mirar atrás por un segundo, decido cogerla, vivir en un mundo falso es vivir en una mentira y la realidad por dolorosa que sea, siempre será mejor que nada. Ahora voy a un mundo nuevo para mí, lejos de la comodidad de mi infancia y cerca de una verdad que aún está por revelar.




Si te ha gustado…


Como ya te habrás dado cuenta, esta historia está inspirada en el show de Truman, una gran película que te hará pensar, aunque también está inspirada en Matrix y su mundo falso.

¿Qué harías si descubrieras que tu mundo no es real? ¿Qué todos los que te rodean no existen y son solo hologramas de una falsa realidad? Esa es la pregunta que me gustaría que os hicierais al leer este relato, mi respuesta está clara, yo haría lo mismo que nuestro protagonista, ¿y vosotros?

Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.

Y un saludo de Silvia!!

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