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Foto del escritorSilvia Berdejo Gomez

El Portal

Salgo de trabajar agotado, me aprietan los zapatos y la corbata me ahoga, solo quiero llegar a casa. Cruzo la esquina de la calle Orense y alguien me coge de la chaqueta y me estampa contra la pared del callejón. El subidón de adrenalina me despierta, ¿Me van a atracar?

El hombre encapuchado me mira, no puedo ver bien su rostro. Sin decir nada se quita la capucha y me quedo petrificado, el agresor soy yo, tiene mi mismo rostro.

—¿Quién eres? — pregunto aterrado.

—¿No es obvio? Soy tú — me contesta.

—Eso no es posible

—Y sin embargo aquí estoy, ¿Me prometes que no vas a hacer ninguna estupidez y así puedo soltarte?

Asiento con la cabeza todavía desconcertado por la situación y el agresor me suelta la chaqueta.

—Tengo muchas cosas que contarte, ¿Podemos buscar un sitio tranquilo para tomar algo?

Sin esperar mi respuesta me hace gestos con la mano para que le siga y juntos entramos en un restaurante pequeño. Nos ponen una mesa tranquila al lado de la ventana, apartada de la gente y pedimos la cena.

—Vengo del futuro, Will — dice mi doble — soy tú, pero del futuro.

—Eso no puede ser.

Mi doble se ríe y niega con la cabeza.

—Créeme que sí — contesta sonriendo — he venido aquí para pedirte que detengas tu investigación.

—¿Mi investigación?

—El motor de coche que estás haciendo, el motor Warp.

Soy ingeniero industrial, creo coches y el motor warp del que habla mi clon, no es más que una investigación que estoy desarrollando para crear un motor mejor.

—¿Qué pasa con él? — pregunto.

—En cuanto termines ese motor, la raza humana será destruida.

—¿Cómo?

—Al crear ese motor, despertarás la curiosidad de una raza alienígena llamada los Rakar, esa raza alienígena nos verá como una amenaza, ya que al construir nuestro primer motor Warp, pasaremos de ser una raza prehistórica a una raza un poco más evolucionada. Los Rakar creerán que si evolucionamos demasiado, les atacaremos y por tanto ellos nos atacarán antes, destruirán el planeta y a los pocos supervivientes que quedemos, nos esclavizarán.

—¿Y todo eso lo habrá hecho solo mi motor Warp? — pregunto sin todavía creérmelo.

—Exacto, por eso he viajado al pasado, para pedirte que destruyas tu proyecto.

—¿Cómo has conseguido viajar al pasado?

—Por el Tajal, una máquina del tiempo rakar, conseguí escapar de mi amo y usé el Tajal para venir aquí.

Me quedo pensando en toda la información que mi gemelo me ha dado, hay mucho que procesar.

—Y, ¿Has visto el futuro?

—Vengo de él.

—No, no me has entendido, digo que si has usado el Tajal para viajar al futuro, tal vez en nuestro futuro — digo señalándonos — conseguimos librarnos de los rakar.

—¿Y eso qué más da? Aunque en el futuro consiguiéramos librarnos de los rakar, éstos ya han destruido nuestro planeta y pertenecemos a una raza casi extinta.

—Tal vez no sea buena idea cambiar nuestro pasado, porque eso nos hace madurar, nos hace aprender de nuestros errores.

—Hay que ver, menudo idiota que era — contesta mi yo del futuro poniendo los ojos en blanco.

—Te propongo un trato — le digo para que se quede más tranquilo — viajemos al futuro, unos años más de tu presente, y comprobemos si los rakar siguen oprimiendo a la raza humana. Si los humanos seguimos bajo su yugo, te prometo que no haré el motor Warp, pero si nos conseguimos librar de ellos, tendrás que dejarme terminar mi investigación.

Mi doble se plantea mi trato y finalmente acepta. Volvemos al callejón donde le encontré por primera vez y se acerca a la pared.

—¿Qué hacemos de nuevo aquí? — pregunto.

—Volver a mi tiempo y de allí podremos viajar a un futuro más lejano.

Mi clon pronuncia unas palabras en una lengua extraña y la pared que tenemos enfrente se reblandece. Él cruza el muro primero y yo le sigo. Una vez al otro lado del muro descubro que estoy en una especie de cueva o fábrica de carbón.

—Debemos darnos prisa — dije mi otro yo — o nos pillarán.

—De acuerdo.

—¿A qué tiempo quieres ir?

—Cinco años adelante.

—Hecho.

Mi yo del futuro pronuncia otras palabras en lengua extraña frente a la pared de la cueva y atraviesa la pared de nuevo. Sin embargo, cuando yo voy a cruzar al otro lado, no puedo. El portal está cerrado.

Me quedo horrorizado mirando la pared por la que debía pasar y sin dejar de rendirme intento una y otra vez atravesar el muro, pero los golpes que me doy con la pared no han hecho más que alertar a los rakar que ya vienen de camino. ¿Qué ha pasado? ¿Me habrá dejado mi yo del futuro aquí aposta?

Finalmente me doy cuenta de otra cosa aún más importante, no puedo volver a mi tiempo, por lo que no podré terminar mi motor Warp, si éste futuro todavía existe, es porque otro humano de mi tiempo terminó mi trabajo por mí, por lo que al final, mi yo del futuro no ha hecho nada más que quitarme de mi tiempo y dejar que otro termine mi proyecto. A pesar de todo, cuento con una ventaja, los rakar desconocen que vengo del pasado, tal vez sea yo el libere a los humanos de la raza que nos oprime y ya que no puedo volver a mi tiempo, haré todo lo posible para hacer que eso suceda.

Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado en dos cosas: Terminator y su vuelta al pasado y en Star Trek y su motor Warp, en Star Trek, tras la creación del motor Warp son los vulcanos quienes vienen a la Tierra, pero ¿Qué pasaría si vinieran una raza hostil?

Con esta esta historia quería mandar un mensaje, aunque tu pasado haya sido horrible, no intentes cambiarlo, porque ha sido ese pasado el que te ha hecho convertirte en la persona que eres ahora.

Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.

Y un saludo de Silvia!!

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